ORIGEN DE LA CHIRIMOYA
A lo largo del tiempo los animales y sobretodo el hombre fue distribuyendo las semillas de la chirimoya, en los Andes del Perú desde el año 200 por la cultura Mochica ya se cultivaba este fruto.
La chirimoya fue conocida por los primeros pobladores en Sur y Centro América, lo que este evidenciado por las reproducciones de esta fruta en los vasos de terracota y otros artículos hallados en las sepulturas prehistóricas en el Perú; es considerada como una fruta de origen nacional. En América en tiempos de los Incas ya se cultivaba esta fruta. Las últimas investigaciones dicen que el chirimoyo proviene de Ecuador y Perú.
Los exploradores españoles fueron los que primero trajeron las semillas de las chirimoyas a España. Y desde la Península Ibérica se extendió por toda la ribera mediterránea. Más tarde fue llevado a Asia, Australia y Sudáfrica.
Esta fruta se cultiva en alturas comprendidas entre los 1.500 y 2.000 metros de altitud. Se pueden encontrar plantas de chirimoyos de forma silvestre, junto a plantas también silvestres. La zona exacta donde se encuentra el origen del chirimoyo es en la vertiente interandina cuyos ríos desembocan en el río Marañón. En alturas menores de 1.500 m. el chirimoyo desaparece, ya que las condiciones no son las idóneas. El chirimoyo se distribuyó por toda la tierra pero donde de verdad se cultiva comercialmente es en España. Es el primer productor mundial de esta fruta.
La chirimoya tiene su origen en la cordillera de Los Andes, concretamente en lo que en la actualidad serían países como Perú y Ecuador, aunque algunos historiadores amplían la zona a Colombia y Chile.
Los conquistadores españoles la denominaron "manjar blanco", debido a su dulzura, aunque el nombre con el que se conoce en la actualidad proviene del quechua chirimuya o "semillas frías", ya que en esa zona germina en latitudes elevadas.
En tumbas peruanas de época prehistórica se han encontrado vestigios en forma de jarrones de terracota que recrean la silueta de una chirimoya.
Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, los españoles llevaron la chirimoya hasta las mesas de Europa, África y Oriente.
OTRA VERSION….
Para describir a esta maravillosa fruta basta citar al cronista jesuita Bernabé Cobo, quien en su libro “Historia del Nuevo Mundo” hace referencia a la chirimoya con las siguientes palabras: “Tiene la carne blanca y suavísima, con un agridulce apetitoso, de suerte que, a juicio de muchos, es la fruta mejor y más regalada de todas las naturales de Indias”.
Así sentenciaba el padre Bernabé a la fruta que los españoles llamarían “manjar blanco”, considerándola el mejor regalo del nuevo mundo para su paladar.
El padre Cobo vio la chirimoya por primera vez en México en el siglo XVII. Al probarla sintió tanto placer que consideró una tristeza que el entonces Reino del Perú no tuviera esta delicia; ofreciendo semillas a sus amigos para que las sembrasen en el Perú.
Sin embargo, el jesuita desconocía que esta fruta se cultivaba en el país desde hace más de 2,000 años; según atestiguan las imágenes encontradas en vasijas y cerámicas de culturas pre incas. Destacando entre ellas los huacos con forma de la chirimoya pertenecientes a la civilización Cupinisque y Mochica. Y que el nombre chirimoya provenía del quechua “chirimuya”, que significa semillas frías.
Serían los mismos conquistadores los encargados de difundir esta exquisita fruta que los había cautivado. De esta manera en el siglo XVIII, las semillas de la chirimoya llegaron a España y Portugal, desde donde se difundieron hacia lugares como Italia, Egipto y Palestina, para finalmente diseminarse a través del orbe.
En la Villa Lestosa de Presto ubicada a unos 2400 mts se cultivan Chirimuyus un lugar donde se habla quechu en las ferias se venden Por arrobas, la chirimoya es futo representativo de la zona.
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